VARADA EN HOLANDA: Cómo regresé a Perú

VARADA EN HOLANDA: Cómo regresé a Perú

Como te comenté hace un tiempo atrás. Estuve varada en Holanda más de dos semanas. La primera semana la pasé muy tranquila, aunque conforme pasaban los días mi preocupación y ansiedad aumentaban.

CÓMO EMPEZÓ TODO

Mi vuelo estaba programado para el 22 de marzo desde Madrid, un vuelo que nunca vería la luz, por las razones que todos sabemos.

Perú anunció el cierre de sus fronteras justo cuando estaba camino a Alemania, por lo que la aerolínea con la que regresaría a Lima decidió dar dos opciones a los viajeros varados: Cambiar la fecha sin cargos adicionales o canjearlo por un cupón del valor del viaje.

Hasta ese momento estaba tranquila porque podía quedarme en Holanda en casa del hombre K, pero esa tranquilidad se fue desvaneciendo cuando llamaba al consulado y solo me decían: «Tenga paciencia y empadrónese en la página». Era frustrante no saber cómo volver a casa.

Empecé a sentirme ansiosa y todo empeoró cuando encontré una cajetilla de cigarros. Yo no fumo porque me baja la presión y me da ‘el bajón emocional’. Aún sabiendo eso, fumaba a diario y obviamente me hizo demasiado mal pero era la única manera de calmarme y “según yo” que el hombre K no se diera cuenta que estaba triste.

Pasaron los días y anunciaron en la fanpage del consulado, sobre un vuelvo comercial permitido para KLM. Estuve feliz y emocionada PERO la emoción duró poco cuando a los minutos desapareció el link que colgaron.

En ese momento el hombre K me sugirió ya no esperanzarme en mi gobierno porque yo no era prioridad. Él pensaba que era mejor que tome un vuelo a Brasil ya que su frontera seguía abierta con Europa, pero me vió tan asustada que no volvió a mencionarlo y nos fuimos a descansar ¡Fue un día horrible para mí! No sabía qué decisión tomar, solo quería un abrazo y llorar.

VARADA: DE MAL A PEOR

Me sentía mal de estar en casa del hombre K y no porque él me trate mal, al contrario, fue demasiado amable conmigo, pero entendía que no estaba en sus planes pasar tanto tiempo conmigo y lo que más odio es invadir el espacio personal de alguien. Así que intentaba salir el mayor tiempo posible para no incomodar.

En los días siguientes el hombre K se enfermó y como mi tía en Francia lo traumatizó con el Covid me dijo que prefería que vaya a un hotel hasta que se mejore porque sino me podría enfermar… No sé cómo lo hubieras tomado tú, pero yo andaba demasiado sensible y con el estrés de no poder volver a casa que lo tomé recontra mal. Le dejé el almuerzo, hice mi maleta, le di un abrazo y no le dije nada más. Esa fue la última vez que lo vi.

EMPEZANDO DE NUEVO

Apenas llegué al hotel estaba totalmente destruida y solo lloraba. Me daba pena comunicarme con mi tía y preferí no hablar con ella porque esos dos se llevaban muy bien y no quería que eso cambie.

Al día siguiente me bañé, me arreglé e hice mucho yoga. Me ayudó muchísimo a sentirme más tranquila.

En los días posteriores no comí nada más que chocolates. Ya no podía comprar nada en los supermercados porque ahora solo aceptaban tarjeta y casi nadie aceptaba visa… me encerré en el hotel y solo llamaba a mi consulado deses.

Recuerdo que me cansé de la misma respuesta de siempre y ¡Exploté! Me puse firme y conseguí que la esposa del consul me ayude. Enserio le tengo mucho amor a esa mujer, es muy humana y preocupada.

Estaba harta de sentirme sola y ‘se me prendió el foquito’. Entré a Facebook y busqué un grupo de peruanos en Holanda. Comenté mi caso y es así como conocí a Fernando, Tania y Edwin.

Me hice muy cercana con Tania, ella iba casi todos los días al hotel a hacerme compañía, me enseñó la ciudad, comíamos kfc, lloramos y reímos juntas, de verdad que ella y Kinan, fueron lo mejor que conocí en The Hage.

LA GRAN NOTICIA

Estaba emocionada y feliz de poder volver a casa y más feliz porque lo haría junto a Tania, mi compañera de viaje y amiga. Hicimos maletas y esperamos hasta poder regresar.

El vuelo salió desde Amsterdam el 07 de abril, pero como lo mencionaron, era un vuelo comercial, por lo que tenía un valor de € 560. Sin embargo, gracias a las gestiones del consulado, pudieron canjear los vuelos de algunas aerolineas, incluyendo la mía.

LLEGANDO A CASA

Llegamos un 8 de abril a tierras peruanas y fui la más feliz del mundo. Apenas aterrizamos en Lima, un equipo médico estuvo esperándonos para medirnos la temperatura y hacerle la prueba rápida a los que se sentían mal.

No desembarcamos exactamente en el Jorge Chavez, fue en la zona militar y ahí es donde sellaron nuestros pasaportes. Luego el personal de INDECI nos transportó en buses al hotel Meliã, donde estuvimos 14 días de forma gratuita con la condición de no poder salir de nuestra habitación o tendríamos un proceso legal.

Faltando unos 3 días nos sacaron las pruebas rápidas de descarte y nos entregaron una constancia si salía negativo. En mi hotel, aproximadamente 10 personas salieron positivas al Covid.

Cuando salimos del hotel, el estado me dejó a la deriva porque ahora competía a mi Gobierno Regional llevarme a casa. Y es así, como volví a estar varada.

En resumidas cuentas esa fue mi experiencia y la verdad que aunque fue difícil, agradezco todo lo que viví porque me ayudó a madurar y a ser más valiente conmigo y mis sentimientos.

Si deseas ver el video que hice sobre este tema te invito a seguirme en mi canal de YouTube AQUÍ.

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