¿Y la comida de casa?

Cuando decidimos irnos de casa, las personas -como yo- nos vamos con un dolor en el corazón y otro en el estómago porque nunca aprendimos a cocinar.
Día 01
Recuerdo que cuando me mudé estaba muy emocionada. Me despedí de mi papá y me dispuse a ordenar mis cosas; había planificado ‘mi nueva vida’. haría ejercicio, terminaría mi tesis, trabajaría y tendría una alimentación sana (HA HA HA pobre de mí , tan ilusa y optimista).
Al terminarse la emoción y un poco pasada la noche, sentí cómo una bestia cobraba vida dentro de mí, yo lo sabía y cada vez me asustaba de solo pensar en ese mounstrico llamado «hambre».
Sabía que era hora de alimentar a la fiera pero la ignorancia culinaria y el desabastecimiento de comida asechaban, hasta que, rendida y sin fuerzas, caí dormida de hambre.
Si hasta este punto de mi relato te sentiste identificado, debo decirte que entiendo tu dolor -y muy bien- puesto que nunca en nuestras vidas tuvimos la necesidad de aprender a cocinar y es muy probable que has recibido alguna burla de los que sí saben cocinar.
Por suerte las personas somos adaptables y puedo darte algunos consejos para acostumbrarnos al nuevo cambio. Si yo aprendí, tú también puedes.
Observa y aprende
Al principio iremos a comer a algún restaurante, menú o casa de un conocido, así que es aconsejable preguntar cómo se hace el plato que comeremos y tomar nota. Si es posible ver cómo se prepara ¡Mucho mejor!
Usa internet
Usa la tecnología a tu favor, entra a cuentas de YouTube, blogs, videos de instagram o facebook, que hablen de cocina. Verás que hay un sin fin de platos ricos y fáciles de hacer.
Empieza de a pocos
Al principio empecé con atún y galletas -y no me avergüenzo de mis inicios- después con los hongos fritos y así sucesivamente. Empieza por cosas pequeñas hasta que tengas confianza y te aventures por cosas más ricas.por ejemplo, hasta el día de hoy no sé hacer arroz. Todos dicen que es refácil pero me sale recrudo, incluso con arrocera.
Tip: Reemplaza lo que no puede hacer por sustitutos.
Como no puedo hacer arroz, siempre hago menestras o papa.
Evita la comida instantánea
Aunque puede sonar la solución más rápida, esto es una bomba de tiempo que daña tu organismo. Preferible comer todo sancochado que comida con preservantes.
Pide ayuda
No sientas vergüenza en preguntar o pedir ayuda en la preparación de un plato.
Te recomiendo que las primeras veces alguien te acompañe a comprar los insumos. Las personas con más experiencia saben diferenciar los mejores productos y te pueden regalar unos buenos consejos.
Un antes y un después
Sé que nuestras vidas jamás serán iguales sin esa deliciosa comida de casa. Es muy probable que los primeros meses adelgacemos o engordemos -si decides comer pura comida rápida- pero es parte de un proceso de cambios.
Es más difícil cuando vamos a vivir solos porque la flojera y desmotivación serán nuestras enemigas mortales y si alguna de ellas ronda por nuestra vida y no quieres cocinar, imagina que cocinarás para alguien que quieres ¡Cocinarás con amor! O cocina con tu música favorita.
Si no funciona y eres el grinch de la cocina intenta buscar algo que te guste hacer en la cocina.
No me juzguen pero cuando estoy desmotivada preparo cualquier cosa con pimientos. No sé, pero siento cierta excitación en cortalos y me motivan a cocinar.
Si tienes más consejos para esta comunidad poco bendecida en la cocina, siéntete libre de compartirlos y respóndeme:
¿Crees que es normal mi relación con el pimiento? ¿Te pasa algo similar con alguna fruta o vegetal?
En los aviones el tiempo se pasa volando…